domingo, 15 de mayo de 2016


La fuerza del Espíritu Santo.

ESCRITO POR COMENTARISTA 10 EL . POSTEADO EN COMENTARIO A LAS LECTURAS
Pentecostés.
Las cinco decenas. Cincuenta días… Es la irrupción poderosa de lo divino en lo humano.
Para los judíos es la fiesta de las siete semanas,  una de las más grandes de su calendario, porque conmemora la entrega de la Ley a Moisés en el Sinaí, estando el pueblo de Dios reunido al pie del monte, como lo escuchamos ayer en la lectura del Éxodo en la vigilia vespertina. Pentecostés significa después de la Pascua el día en que el judío recuerda lo unido que está Dios con su pueblo porque le ha dado el regalo de su Ley inmortal. Según las profecías, no sólo los judíos sino todos los hombres han recibido la Verdad que puede guiar sus pasos y cambiar su vida para siempre. ¡Y realmente así ha sido! ¿Quién puede negar que los mandatos del Señor no han sido orientación segura para millones de personas de todos los tiempos?
Pentecostés.
Es la fuerza del Espíritu Santo que impulsa a los apóstoles a llevar el Evangelio a los confines del mundo.
Ayer el pueblo de Israel estaba reunido al pie del monte Sinaí. Hoy los apóstoles y María, como nos recuerda san Lucas en los Hechos, están reunidos dentro de la sala del cenáculo.  Ayer. la montaña se cubrió de la nube poderosa llena de relámpagos y truenos. Hoy la presencia potente de Dios se manifiesta con un viento recio y unas llamas de fuego se posan sobre cada miembro de la naciente Iglesia de Cristo. Ayer las tablas de la Ley se escribieron con el dedo de Dios sobre la piedra. Hoy la Ley Nueva de la Gracia penetra los corazones de los discípulos…
Ya no habrá fronteras, ni límites, ni barreras sociales,… El Amor divino todo lo puede alcanzar. Desde Pentecostés ya no habrá nación, raza, o cultura  que no conozca a Jesucristo y pueda llegar a decir: “Es el Señor”.  La Luz de Cristo se ha proyectado sobre cada rincón de la tierra.
Pentecostés.
¡Dios mío qué grande eres!
Así canta hoy el Salmo y todo se puede aplicar al Espíritu Santo en su grandeza. A la tercera persona divina, le hemos conocido con sus manifestaciones sencillas de viento, paloma o llamarada. Pero es la persona-Amor. Es la fuerza de toda vida, Señor de la Vida,… donador de toda vida. Capaz de repoblar la tierra, y sus obras de gracia en el mundo son incontables: cuántas personas han vivido llenas de caridad por los demás, cuántos están haciendo heroicidades por personas que no conocen, cuántos artistas han llenado y están llenando de belleza el mundo, cuántas melodías han sido compuestas para consolar los corazones heridos, cuántas palabras de verdad y justicia se están pronunciando en estos momentos, cuántas almas están enamorándose de Cristo, cuántos jóvenes están siendo llamados a una vocación religiosa, cuántos están abrazándose para siempre en matrimonio, cuántas congregaciones, asociaciones o movimientos se han creado en la historia de la Iglesia, cuántos vuelven a la fe o encuentran el perdón para su historia, cuántos son llevados a la vida eterna por su bautismo, cuántos están recibiendo la divinidad de Cristo en la Eucaristía,…  ¡Cuántos santos han llegado ya al Cielo! ¡Cuántos milagros silenciosos se realizan en todo el Universo! ¡Es Él! ¡Es Él! El Espíritu del Padre y del Hijo. ¡Dios mío qué grande eres!


Domingo de Pentecostés – Vigilia de Pentecostés – Termina el Tiempo Pascual – 15/05/2016

ESCRITO POR WEBMASTER EL . POSTEADO EN HOY DOMINGO
Comentario Pastoral
EL ESPÍRITU QUE DESCIENDE
Hoy termina la cincuentena pascual, el espacio festivo que celebra el misterio de nuestra salvación por medio de la muerte y glorificación de Jesucristo. En este día de la Cincuentena o Pentecostés, los judíos conmemoran la entrega de la ley en el Sinaí y los cristianos celebran la entrega de la nueva ley que no está escrita en piedra, sino en el corazón: la ley del amor que es obra del Espíritu.

Hoy el Espíritu de Dios llena el universo, santifica a la Iglesia, difunde sus dones, llena los corazones del fuego del amor y mueve hacia el conocimiento pleno de la verdad. 

¿Qué significa celebrar Pentecostés? Significa tomar conciencia de nuestra ciudadanía celeste, reconocer el valor de lo espiritual sin evasiones, profundizar en la vivencia pascual, descubrir el pluralismo en la unidad y alcanzar la convergencia en la fe. Pentecostés es la fiesta del aire nuevo, del viento impetuoso que viene de arriba para barrer, purificar y oxigenar nuestras estancias contaminadas y mortecinas. Pentecostés es día de fuego, de transmisión de calorías de fe y esperanza a nuestros corazones ateridos. Pentecostés es tiempo de comunicación con palabras auténticas de amor y de perdón, que superan el frío lenguaje institucionalizado.

La Iglesia comienza a andar en Pentecostés, que es día de catolicidad y por lo tanto de expansión misionera. Por la acción santificadora del Espíritu, la Iglesia es en el mundo la anti-Babel, pues en ella las diversas lenguas encuentran su unidad en la confesión del nombre del Señor.

Para los creyentes, el Espíritu es torrente de vida abundante, fuente de energía que capacita para imitar a Jesús, manantial de alegría eterna y origen de la paz verdadera que es fruto del perdón de los pecados. El cristiano necesita la sacudida de un constante Pentecostés, para no quedarse en una quietud cobarde y en una inactividad estéril.

Pidamos que el Espíritu descienda sobre nosotros para que seamos hombres con espíritu, con aliento de vida transcendente, con empuje creador. Supliquemos a Dios que su Espíritu sea para todos maestro, abogado defensor y revelador de la Palabra. Deseemos el Espíritu que es causa de plenitud para el mundo y origen de la nueva creación.

Terminemos la oración inspirándonos en la Secuencia:

“Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos”. Que el Espíritu Santo encienda en nuestros corazones la llama de su amor. Aleluya
Andrés Pardo

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