domingo, 24 de diciembre de 2017

24/12/2017 – Domingo – Comienza La Navidad – Vigilia de la Natividad del Señor

ESCRITO POR EL . POSTEADO EN LECTURAS DE MISA
PRIMERA LECTURA
El Señor te prefiere a ti
Lectura del libro de Isaías 62, 1-5
Por amor a Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia, y su salvación llamee como antorcha.
Los pueblos verán tu justicia, y los reyes tu gloria; te pondrán un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor.
Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en la palma de tu Dios.
Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra «Devastada»; a ti te llamarán «Mi predilecta», y a tu tierra «Desposada», porque el, Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá un esposo.
Como un joven se desposa con su doncella, así te desposan tus constructores.
Como se regocija el marido con su esposa, se regocija tu Dios contigo.Palabra de Dios
Sal 88, 4-5. 16-17. 27 y 29 
R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor
«Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades». R.
Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:
caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día,
tu justicia es su orgullo. R.
Él me invocará: “Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora”.
Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable. R.
SEGUNDA LECTURA
Testimonio de Pablo sobre Cristo, hijo de David
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 13, 16-17. 22-25
Cuando Pablo llegó a Antioquia de Pisidia, se puso en pie en la sinagoga y, haciendo seña con la mano de que se callaran, dijo:
«Israelitas y los que teméis a Dios, escuchad:
El Dios de este pueblo, Israel, eligió a nuestros padres y multiplicó al pueblo cuando vivían como forasteros en Egipto. Los sacó de allí con brazo poderoso.
Después, les suscitó como rey a David, en favor del cual dio testimonio, diciendo:
“Encontré a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos”.
Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús.
Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión antes de que llegará Jesús; y, cuando estaba para concluir el curso de su vida, decía:
“Yo no soy quien pensáis, pero, mirad, viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias de los pies”».
Palabra de Dios
Aleluya
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Mañana quedará borrada la maldad de la tierra,
y reinará sobre nosotros el Salvador del mundo. R.
EVANGELIO
Genealogía de Jesucristo, hijo de David
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 1, 1-25
Libro del origen de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.
Abrahán engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tarnar, a Farés y a Zará, Farés engendró a Esrón, Esrón engendró a Arán, Arán engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Naasón, Naasón engendró a Salmón, Salmón engendró, de Rajab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed engendró a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.
David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón engendró a Roboam, Roboam engendró a Abías, Abías engendró a Asaf, Asaf engendró a Josafat, Josafat engendró a Joram, Joram engendró a Ozías, Ozías engendró a Joatán, Joatán engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, Ezequias engendró a Manasés, Manasés engendró a Amos, Amos engendró a Josías; Josías engendró a Jeconlas y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.
Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliaquin, Eliaquin engendró a Azor, Azorengendró a Sadoc, Sadoc engendró a Aquim, Aquim engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Matán, Matán engendró a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce.
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, como era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta:
«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”».
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer.
Y sin haberla conocido, ella dio a luz un hijo al que puso por nombre Jesús.
Palabra del Señor

24/12/2017 – Domingo – Comienza La Navidad

ESCRITO POR EL . POSTEADO EN LECTURAS DE MISA
PRIMERA LECTURA
El reino de David durará por siempre en la presencia del Señor
Lectura del segundo libro de Samuel 7, 1-5. 8b-12. 14a. 16
Cuando el rey David se asentó en su casa y el Señor le hubo dado reposo de todos sus enemigos de alrededor, dijo al profeta Natán:
«Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el Arca de Dios habita en una tienda».
Natán dijo al rey:
«Ve y haz lo que desea tu corazón, pues el Señor está contigo».
Aquella noche vino esta palabra del Señor a Natán:
«Ve y habla a mi siervo David: “Así dice el Señor: ¿Tú me va a construir una casa para morada mía?
Yo te tomé del pastizal, de andar tras el rebaño, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. He estado a tu lado por donde quiera que has ido, he suprimido a todos tus enemigos anta ti y te he hecho tan famoso como los grandes de la tierra. Dispondré un lugar para mi pueblo Israel y lo plantaré para que resida en él sin que lo inquieten, ni le hagan más daño los malvados, como antaño, cuando nombraba jueces sobre mi pueblo Israel. A ti te he dado reposo de todos tus enemigos. Pues bien, el Señor te anuncia que te va a edificar una casa.
En efecto, cuando se cumplan tus días y reposes con tus padres, yo suscitaré descendencia tuya después de ti. Al que salga de tus entrañas le afirmaré su reino. Yo seré para él un padre y el será para mí un hijo.
Tu casa y tu reino se mantendrán siempre firmes ante mí, tu trono durará por siempre”».Palabra de Dios
Sal 88, 2-3 4-5. 27 y 29 
R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «La misericordia es un edificio eterno»,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R.
«Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades». R.
«Él me invocará: “Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora”;
le mantendré eternamente mi favor,
y mí alianza con él será estable». R.
SEGUNDA LECTURA
El misterio mantenido en secreto durante siglos eternos ha sido manifestado ahora
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 16, 25-27
Hermanos:
Al que pueda consolidaros según mi Evangelio y el mensaje de Jesucristo que proclamo, conforme a la revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestando ahora mediante las Escrituras proféticas, dado a conocer según disposición del Dios eterno para que todas las gentes llegarán a la obediencia de la fe; a Dios, único Sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios
Aleluya Lc 1, 38 
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. He aquí la esclava del Señor;
hagase en mí según tu palabra. R.
EVANGELIO
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿ Cómo será eso, pues no conozco varón?».
El ángel le contesto:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.
Palabra del Señor

Domingo – Comienza La Navidad – 24/12/2017

ESCRITO POR WEBMASTER EL . POSTEADO EN HOY DOMINGO
Comentario Pastoral
EL ADVIENTO DE MARÍA
La Navidad no se improvisa, hay que prepararla. Los afanes no pueden reducirse a preparativos ambientales de nacimientos, árboles, villancicos, luces, turrones y christmas. Es también necesaria una preparación interior con sensibilidad espiritual, activa; este es el sentido y la finalidad del Adviento que estamos viviendo.

El primer y mejor Adviento de la historia fue vivido por María durante nueve meses en expectación del parto del Salvador. Por obra del Espíritu la Palabra fue creciendo en sus entrañas hasta la gran manifestación de la Navidad. A ejemplo de María hay que vivir consecuentemente en Adviento, en expectación, dejándonos guiar por el Espíritu de Dios que obra maravillas en el interior.

María nos encubre a Dios en Adviento para descubrirnoslo en la realidad pletórica y nueva de la Navidad. El “sí” de María hizo posible la primera venida del Salvador; por eso ella es la que siempre le precede. ¡Qué consolador es saber que Dios viene siempre a través de María!

La Virgen del Adviento es la virgen joven de la anunciación, que se estremece ante el mensaje del ángel. Es la joven madre que aprende a amar a su hijo sintiéndole crecer dentro de sí. Es la creyente dócil que acepta los planes de Dios y encarna dentro de sí la Palabra por obra del Espíritu. Es la mujer, de la esperanza que, desde el silencio de Nazaret, se prepara a entregar al mundo la salvación, hecha carne en Jesús.

Cuando aguardamos la venida del Redentor levantamos los ojos hacia su Madre para llenarnos de gozo y de gratitud sincera. María es la puerta del cielo y la estrella del Adviento. Ella es claridad eterna que ilumina con luz de estrella prodigiosa las tinieblas de nuestro desconcierto.

Por eso desde hace mil años la Iglesia Universal en estos días canta esta antífona, que es una de las más conmovedoras plegarias: “Madre del Redentor, virgen fecunda / puerta del cielo siempre abierta, / estrella del mar / ven a librar al pueblo que tropieza / y quiere levantarse. / Ante la admiración de cielo y tierra, / engendraste a tu santo Creador, / y permaneces siempre virgen. / Recibe el saludo del ángel Gabriel,/ y ten piedad de nosotros, pecadores”.

María nos abre las puertas de la Navidad, preparadas por Isaías y el Bautista. Esperemos como ella la venida del Señor: con alegría y sobre todo con gracia.
Andrés Pardo


Palabra de Dios:

Samuel 7,1-5.8b-12.14a.16Sal 88, 2-14-5. 27 y 29
san Lucas 1,67-79
de la Palabra a la Vida
La inminencia de la celebración de la Natividad del Señor se advierte fácilmente en estas lecturas que hoy proclama la Iglesia. La promesa que David recibe de parte de Dios y de labios del profeta se cumplirá en su descendiente María, ella, descendiente de la casa de David, será el templo dorado, bellísimo, que contenga la presencia divina del Señor de un modo inefable, no en tablas de piedra, sino con una carne como la nuestra. La imagen de María en su respuesta confiada al ángel contiene el cumplimiento de todas las promesas antiguas, una de ella la de la primera lectura de hoy.

Por eso, sí, la Iglesia nos anima a volver hoy nuestra mirada al pasado para poder creer en lo que va a suceder en el presente. Sí, mañana contemplaremos su gloria, pero lo haremos si hemos creído firmemente que lo anunciado sucede, si en la memoria de tantos santos profetas y reyes, en las palabras de anuncio divinas, somos capaces de reconocer la silueta que a lo lejos y desde la ventana -diría el Cantar de los cantares- se nos atisba hoy. El fundamento de lo que creemos se ha ido asentando a lo largo de la historia, y todo el peso de las promesas y de los sucesos penden de
un hilo fino y bello: la propuesta del ángel a la virgen María. El peso del plan misterioso se pone en las manos de una joven nazarena. Si hoy no somos capaces de estremecernos ante el misterio de la voluntad de Dios, pues pocos días a lo largo del año este se muestra con tanta fuerza, ya todo resultará “lo de siempre”, “normal”.

Si a lo largo de este Adviento hemos seguido de cerca a la figura de la virgen María, ahora esta alcanza su belleza mayor, pues donde David, su padre, experimentó la negación de Dios, María recibe ahora, no por su poder, por su riqueza o por sus victorias, sino por su humilde fe, la confirmación, el sí de Dios que la invita a ofrecer su propio sí. Ella, que nos ha enseñado a esperar, que engarza en una inmensa cadena de creyentes que empieza en Abraham, ante esta respuesta y a partir de ella, va a conocer la soledad del creyente, la experiencia de soledad tan fuerte que acompaña en tantas ocasiones al creyente, aún sabiéndose parte de una historia milagrosa.

El ángel contiene y hace presente toda la historia del plan de Dios, de su aparecer ante los hombres y con ellos, por eso su marcha, su acción de dejarla sola, la pone en esa situación de incomprensión para el mundo que nos supera totalmente: ¿Cómo explicar haber recibido tan inefable don? ¿cómo dar fruto en tanto pequeñez? Con dos palabras se puede explicar, una la del salmo: “eternamente”. No es sólo que Dios conforte a los suyos y les ilumine, es que lo va a hacer siempre.

La segunda la pronuncia el ángel: “para Dios nada hay imposible”. La experiencia de la fe es la de quien contempla que Dios lleva a cabo lo imposible. Lo imposible supera los cálculos y la imaginación humana. Lo imposible es una invitación no a rebelarse o a reducir la fe a casualidades, sino a creer. María creyó, por eso hoy se nos anuncia la gloria de Dios y mañana la contemplaremos envuelta en pañales.

El fruto de la fidelidad de María no se veía, pero ello lo sabía y se mantuvo fiel. La Iglesia quiere aprender hoy de ella, y aunque no contempla frutos de santidad en tantas ocasiones, busca mantenerse fiel. Sigamos adelante, pues ella nos ha enseñado a creer y nos ha enseñado a saber.
Diego Figueroa

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